Muchas de las historias más apasionantes de éxito en algún momento indicaban que todo estaba perdido, que ya no había ninguna razón para seguir luchando, sin embargo en las mentes de sus líderes, sabían que debían continuar y jamás darse por vencidos, por tener esa determinación lograron pasar a la historia.
¿Cómo tener esa fuerza interior que lo haga nunca darse por vencido? Existen varios requisitos, el primero de ellos está en el amor que se tiene por hacer realidad ese sueño, cuando LAS METAS pueden sentirse en el corazón, entonces existe una fuerza emocional y espiritual que lo impulsa a triunfar, otro elemento importante es ¿qué está en juego? Cuando está en juego todo, incluyendo la misma vida, perder no es una opción, así que usted debe buscar la forma de llevar sus condiciones de éxito al límite, donde sabrá que no puede haber ningún retroceso.
En la medida en que continúe avanzando cada día irá aumentando el nivel de su autoconfianza, desarrollará EL PODER DE LA PALABRA para dirigir su vida con autoridad y cuando diga “cumpliré estos objetivos”, entonces hacerlo sin admitir excusas de ningún tipo, notará que entre más vaya arriesgando, las posibilidades de cambiar de propósito se van volviendo nulas, en su mente solo estará la idea “tengo que lograrlo”, “estoy seguro que triunfaré” y así sucederá.
Los cambios no son inmediatos, cuando se habla de los grandes sueños, es un proceso de años, pero hay que comenzar en ahora mismo y no ponerse a pensar demasiado en la pregunta ¿cuándo lo lograré? Tan solo hay que continuar con la mayor intensidad posible, una persona que está trabajando con todos sus sentidos concentrados en un propósito, podrá dar enormes avances en poco tiempo.